sábado, 20 de diciembre de 2014

En Ruinas


Zocia Torunia. Rejoneadora polaca residente en la ciudad de Medina de Ríoseco. Creativa y muy ingeniosa. Intento hacer un ritual un tanto curioso para obtener la vida eterna, desde una ruina romana frente al adriático, en un pueblo de Croacia. No funcionó. Sin embargo durante este viaje, descubrió tener raíces chilenas y heredó una casa de su tía abuela, en una pequeña isla, al lado de una antigua iglesia que ahora funge como hotel, cuyo propietario es un doctor alemán. Conoció, ademas, a un chico de nombre Kolia Kravata, quién confeccionaba corbatas. Kolia le mostró las correspondencias que intercambiaba con una chica mexicana, quién también vivía frente a un mar y unas ruinas. La belleza del español de estas cartas, la motivo a emigrar a España.

Kolia no podía soportar el calor.
Sus raíces no se lo permitían. En el verano no se trabaja, y es imposible usar pantalones.
La chica mexicana, con quién intercambiaba correspondencia, le dijo lo mismo: "Es imposible acostumbrarte a vivir en un tierra que conoce los inviernos, si naciste frente al mar".

Zocia iba a su casa en la pequeña isla frente a Split, de vacaciones. En ella, había un único bar, en el cual vendían cerveza y alquilaban una mesa de billar. Muchas chicas que ahí conoció, esperaban algún marinero que pudiese sacarlas de la isla. Zocia, al vivir en España, era capaz de explicarles, que no todo era tan simple, y que un hombre, no puede ser netamente considerado como la salida a un problema. Es un problema, probablemente, mas grande. Zocia, prefería los toros.

La chica mexicana, dejó de escribir cartas a Kolia, el día que conoció a un militar israelita de baja. Este militar, le prometió una vida en Estados Unidos. Tenía un proyecto de criar y comercializar monstruos de gila, para mercados asiáticos.

Kolia decidió emigrar, a un país, donde se hablase italiano. Lengua, que consiguió comprender, luego de leer "La Divina Comedia", con un diccionario en mano.