domingo, 13 de diciembre de 2009

Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde


¿Quién fue este tan singular personaje? Además de ser mi escritor favorito, ha sido uno de los mayores exponentes de la literatura universal, un maestro del ingenio y un potenciador de la elocuencia.Todavía recuerdo el día que leí por primera vez su tan famoso Retrato de Dorian Gray, comprendi que me había topado con alguien que sin duda marcaría de algún modo mi vida, soñaba con poder algún día ser como lord Henry, deseaba vivir en Paris, de una renta, tomando el café hasta las 6...¿Qué es la vida? ¿para que trabajamos? ¿que fin tiene? ¿desde cuando la vida dejo de ser interesante y paso a ser tan rutinariamente vulgar? Mil cosas rondan nuestras cabezas al leer sus líneas, pero algo es seguro, nunca esas cosas dejan de rondar.

Les dejo un poema suyo que me gusta mucho...

Casa de la ramera

Seguimos la huellas de pies que bailaban hacia la calle alumbrada de luna y nos detuvimos bajo la casa de la ramera. Adentro, por sobre estrépito y movimiento,oímos los músicos tocando a gran volumen el «Treues Liebes Herz» de Strauss. Como formas extrañas y grotescas, realizando fantástico arabesco corrían sombras detrás de las cortinas. Vimos girar los fantasmales bailarines al ritmo de violines y de cuernos cual hojas negras llevadas por el viento.
Igual que marionetas tiradas de sus hilos las siluetas de magros esqueletos se deslizaban en la lenta cuadrilla. Tomados de la mano bailaban majestuosa zarabanda; y el eco de las risas era agudo y crispado. A veces un títere de reloj apretabala amante inexistente contra el pecho,y otras parecía que querían cantar. A veces una horrible marioneta se asomaba al umbral fumando un cigarrillo, como cosa viviente. Entonces, volviéndome a mi amor dije,«Los muertos bailan con los muertos, el polvo se arremolina con el polvo».Pero ella escuchó el violín, se apartó de mi lado y entró: entró el Amor en casa de Lujuria. Súbitamente, desentonó la melodía, se fatigaron de danzar el vals,las sombras dejaron de girar.Y por la larga y silenciosa calle en sandalias de plata asomó el albacomo niña asustada.

1 comentario:

  1. Sé que dista mucho de la imagen que pretende proyectar en su poema, pero sólo me imaginé una animación de los grabados de José Guadalupe Posadas.

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