"¿Retardantes ó sensanción natural?" preguntaba la chica al llegar al mostrador.
"ah no, no... de los normales..."
"¿sensación natural?" repitió.
"y si... normales"
"Que bárbaro profe! usted si que es pícaro!" escuché.
Al volver la vista, la divisé, una de mis alumnas de la clase de Historia, de esas alumnas que jamás prestaban atención en clase, y siempre estaba tratando de conocer más de mi vida, que de la de Napoleón... sin duda, la peor persona que podría encontrarme en ese momento, y para empeorar la situación, con su madre.
"Hola Fernanda... ¿como estás?" dije apenado.
"Son tres cincuenta señor, por favor, no detenga más la fila..."
"Ah sí... perdón, acá están..." dije, a la vez que escudriñaba un par de monedas de mis llaves, buscando los cincuenta.
"Mirá mami, él es mi profe de Historia, de quién te había platicado" decía Fernanda a la vez que esbozaba una sonrisa.
"Un gusto... señor..."
"Mateo, Mateo Alameda"
"Mateo, Mateo Alameda"
"Un gusto señor Alameda" repitió casi al unísono, curioso, como si ya lo supiera, pero queriendo dejar al descubierto la identidad de la inmoralidad.
"Señora, Fernanda, el gusto es mío, debo irme... nos vemos la próxima semana" me despedí, saliendo apurado de aquel antro de salud y cordura.
En el camino mil cosas pasaban por mi mente, pensaba en la respuesta dubitativa que había dado a la señorita mientras escribía su teléfono en mi agenda "no, no tengo novia..." es muy probable que la mentira no sea mi fuerte, y es también muy probable que haya descubierto que le mentí, aunque pareció no importarle mucho, ó ¿es que le importaba poco, pero por simple joda había me dicho que nos vieramos en el café de un centro comercial?.
Hay cosas que es mejor ignorar, las personas que se vanaglorian de ser muy felices seguramente deben ignorar un gran porcentaje de las cuestiones que atañen sus días, pensar te hace dudar, y la duda crea inseguridad y alguien inseguro, busca maneras para ser infeliz.
"Me encanta que me digas que te gusto, pero prefiero cuando me decís que me queres" resonaban las palabras de mi novia, recordando aquella sonrisa que mostraba unos frenillos al decirlo. Como Raskolnikov, yo estoy un paso allá de simples preceptos morales pensaba, es por ello que debo hacerlo, la relación física no es implícitamente sentimental, y sin duda, la suficiencia intelectual es solo proporcional a la deficiencia física en un hombre, entendiéndose por física, "avec quelqu'une".
Cada vez me acercaba más a mi encuentro, ya era un hecho que iba a hacerlo, estaba decidido.
Creo que nunca había visto tantas parejas como ese día, es muy probable también que no las vea en esa afluencia porque no suelo frecuentar centros comerciales en fines de semana, el peor futuro que puedo imaginarme, es yendo a un centro comercial un domingo después de ir a misa con mi familia en una van, ojalá nunca decida rendir mi cerebro; tampoco es algo que me alterara grandemente, estos días se ven las típicas parejas, que se sirven únicamente para completar un ser integralmente imbécil, ¿de que hablarán?me preguntaba al ver tanta Stacey Malibu con sus novios metrohomosexuales:
-¿Vas a ir a la comu conmigo gordís?-
-Claro flaquilla, salgo a las 5 del gym y luego paso por ti-.
Era el momento, la divisé, pelo castaño, liso y largo, una bufanda en su cuello, una pequeña camisa azul que mostraba sus hombros, un arreglo floral... ¿un arreglo floral? ¿que diablos pasaba? ¿para que me llevaba flores?.
Me acerqué y la saludé, "Hola, ¿como estás?".
"Muy bien, ¿y tú?"respondió.
"Pues bastante bien... gracias" respondí, mientras nerviosamente miraba a uno y otro lado, no solo una simple pena me invadía ahora, se había convertido en una pena embarazosa.
"Pensé que ya no venías" dijo, mientras veía su arreglo, como tratando de ignorarlo, pero dejándolo claramente en evidencia muy tontamente.
"Y si... es que se me hizo tarde, es de locos entrar a este centro comercial en domingo" me excusé, viendo el arreglo in-intencionalmente.
"Bueno, no hay problema... ¿y que tal tu semana? ¿es duro el trabajo? ¿que era lo que me dijiste que hacías? ¿Profesor de Sociales o algo así no?"
"Historia... profesor de Historia... cada profesión tiene su grado de dificultad el ejercerla, tal vez muchos pensarán que el ser profesor no es..." explicaba, cuando me interrumpió para decir:
"Mira, quiero empezar haciendo las cosas bien, así que hay algo que quiero decirte..." .
Tomo el arreglo entre sus manos y comenzó a relatar "Hace un año exactamente el día de hoy, yo iba a casarme... pero mi prometido, pues tuvo un accidente y...".
Me imagino que tonalidades más extrañas de colores debieron surgir en mi rostro, desafiando a los más diversos tonos que la carne de res toma una vez ha sido desangrada... tome mi celular y programé la alarma para 1 minuto, mientras pretendía escucharla... un tono extremadamente fuerte sonó, y me levante pretendiendo contestar "aló, ¿como estás?... si... no hay problema salgo para allá ahora".
Me excusé, con la promesa de que la siguiente semana terminaríamos la platica y el café.
"Sí, sí, yo te llamo... cuídate mucho".
Me aleje, giré la vista para ver una vez más ese cuadro floral digno de Cezanne, increíblemente y por alguna extraña razón, el universo había conspirado para prevenirme de hacer el mal... a lo mejor mi pobre y humilde destino como yo lo veía, era una lucha más grande que la proferida por Milton entre ángeles y demonios para la redención de la humanidad... o simplemente, soy un buen tipo, y aquel granuja que mi conciencia me dicta ser, solo es capaz de salir frente a un espejo.