martes, 9 de marzo de 2010

Todo y nada


Un peculiar estribillo sonaba en una guitarra que parecía muy cercana, pero que a la vez recordaba los tiempos más lejanos, aquellos en que alguna vez fui niño, en que jugaba con un tubo de Batman, un sencillo tubo de plástico, pero sobre el cual mi imaginación descargaba poderes y secretos más grandes que los que escondía la caja de Pandora, "tengo un amigo que no sabe soñar y una guitarra que no puedo afinar" cantaba el artista urbano, al cual por cierto le hacía falta afinar algo más que su guitarra.
Es curioso como de niños anhelamos tanto el ser adultos, siempre anteponemos un fin, y nunca nos percatamos en el medio por el cual llegamos a este, y más que no percatarnos nunca lo disfrutamos, y sin duda el fin no nos complace.



No hay comentarios:

Publicar un comentario