jueves, 14 de enero de 2016

Relatos eclesiásticos y heresiárquicos by Cans

Cans durante su infancia y adolescencia vivió muchas cosas. Aquello que faltó en algunos evangelios sobre estos años, con las experiencias de Cans habría bastado, para hacer un testamento. De su leyenda, se cuenta que una mitad de ella es verídica, y la otra no lo es. aunque a esta fecha, es imposible ya saber cuál es cuál. Es quizá por ello, que pasó a ser leyenda. 

Cans realizó sus estudios en un liceo español con orientación físico-matemática, el cual era católico, pero qué sus papás eligieron para él, por dicha condición científica más que eclesiástica. 

En este liceo, habían muchas costumbres religiosas, las cuales Cans a regañadientes debía cumplir. Al menos hasta los nueve años, cuando decidió rebelarse por primera vez. 

A los nueve años, todos los niños del liceo debían hacer una prueba de canto para entrar al coral de la iglesia del mismo. Todos los niños pasaban la prueba, así fuese cantasen como cordero de dios, camino al matadero. 

Cans nunca fue de cantar bien. Ni muy asiduo de iglesia. Ni de levantarse temprano en domingo. Ni de meterse con nadie. Por ello, ideó un plan. 

La prueba era sencilla. Aprenderse una canción, y cantarla junto al religioso encargado de la música. Este año era "complicado", pues la canción era en inglés. Todo niño piqui de colegio religioso privado, debe hablar inglés a los nueve. Debía llevarla grabada en un casette, el cuál el religioso seguiría con su piano.

Empezaba la canción de Cans... y él a cantar, orgulloso de haber memorizado una letra tan extensa: 

Please allow me, to introduce myself, I'm a man of wealth of taste... been around for a long long... Pleased to meet you, hope you guess my name... But what's puzzling you, is the nature of my name... Lucifer.

Él religioso se desconcierta. Apaga la música. 

"Cans, has sido víctima de un engaño de Belcebú. Quién es muy inteligente y sagaz, para traer jóvenes inocentes hacia él. Se ha aprovechado que tú no conoces la lengua de Shakespeare, para que pronuncies su nombre... yo lo supe desde los primeros acordes" dijo el religioso, apiadándose de Cans. 

"Le aseguro, que domino la lengua de Shakespeare, lo suficientemente bien como para entender cada aforismo en un libro de Wilde" se defendió Cans. 

"Cans, Lucifer está aprovechándose de ti, de haber encontrado ese hueco para entrar en ti" decía el religioso, mientras palidecía. 

"Le recomiendo no cortarse el pelo" le respondió Cans, y remató diciendo "no le parece un autogol intelectual apodarlo el portador de la luz?". 

Cans no puso un solo pie en la coral, ni la siguiente semana en su liceo físico-matemático. Hay que ver que el humor, es poco comprendido en estos días.


viernes, 8 de enero de 2016

Relatos oníricos y onanímicos by Cans

Cans Hastorp era conocido entre sus amigos por tener una facilidad natural para escribir poemas de amor (también era conocido por ser muy acertado en sus exámenes en estado etílico, pero eso, es otra historia).

Al principio, Cans lo veía como un abuso de confianza de sus amigos, por una parte, y de otra, una manera de subestimar a ninfas y quizá (muy probablemente) de sobreestimar sus capacidades. 

Lo hacía para amigos cercanos, aunque poco a poco su fama se expandía hacia otros menos cercanos. Es aquí cuando Cans, alma de comerciante marino, empezó a ver en su capacidad una posible fuente de negocio. Antes había utilizado sus conocimientos físico-matemáticos, y una corbata, para enseñar a pensar a un joven de la rancia alcurnia guanaca. Si me perdonó Galileo, seguro lo hará Rimbaud, pensaba para sí, por haber buscado lucro de conocimientos y capacidades nobles. 

Como poeta mercader, Cans era muy serio. Jamás se tomaba a la ligera un encargo, pues sabía que de fallar, un corazón o un órgano genital (según los propósitos del cliente), terminarían amargos y tristes, además, solitarios y vacíos como discusión legislativa. 

Cierto día, sin embargo, Cans (de quién le recordamos, amigo lector, era estudiante de ingeniería) trabajaba en uno de sus últimos proyectos químicos: el uso de una proteína como edulcorante en una mermelada. 
No entraremos en mayor detalle sobre su proyecto, pues a fuerza de ser honestos, a nadie, ni al propio Cans, le interesaba. Rescataremos únicamente, que dicho proyecto hizo reflexionar a Cans, sobre el hecho que un ciudadano promedio, cada día se parece más a un animal doméstico. Hasta le hacemos sus croquetas. Esta idea de vivir en un libro de Huxley, abrió el apetito etílico de Cans. 

Justo al lado de su universidad, una pequeña tienda de abarrotes era conocidas por vender unas muy buenas negras de medio litro. Y junto a su soledad y su cuaderno, que al fin y al cabo el segundo no es más que el cuenta cuentos de la primera, se fue a saciar su apetito de Baco. 

Luego de un par de negras, uno de sus amigos, conocido como "Bronson contra el sol", pasaba junto a la pequeña tienda y vio a Cans, pensó en aprovechar para pedirle un poema, pues estaba cumpliendo 5 años de estar con su novia y sabía que las líneas de Cans siempre caían bien a una mujer. 

Cans aceptó alegremente la petición del  "Bronson contra el sol", y cortando una página de su cuaderno empezó a escribir el poema. Gracias a Baco, y a la alegre inspiración que los ojos de un enamorado traen, las líneas fluían de la mano de Cans tal cual Starbucks abriéndose en NY. 

"Si me llevas contigo, prometo ser ligero como la brisa, 
y decirte al oído
secretos que harán brotar, tu risa". 

Las líneas de Cans, eran particularmente lindas. Y se sentía tan orgulloso de lo escrito, que ni siquiera se lo cobraría. 

Su amigo le agradeció, y pidió a Cans le dejase pagar sus cervezas, a lo cual accedió viendo la brillantez en sus ojos, al releer el poema. 

El "Bronson contra el sol" pagó la cuenta de Cans, y se retiraba gritando aún, sus agradecimientos hacia Cans. 

Es muy probable que Cans viva su teoría al extremo, de pensar que todos somos como Eugenio Oneguin, y al fin y al cabo de plagiadores todos tenemos un poco. Aunque es también muy probable, que Baco sea quién más ayude a Cans, a sacar ese lado tan cínico que muchos amamos de él, y robarle un par de líneas a Radio Futura, no sea más que reírse un poco, de una sociedad tan insoportablemente monótona.

"Bronson contra el sol", llamó a Cans un par de días luego, para agradecerle, pues sus líneas habían sido un éxito con su ninfa.