sábado, 23 de julio de 2011

Prometeo enzapatado

Fernando es un niño que ronda los 7 años,
su futuro es prominente.
Un niño muy alegre,
alegría y simpatía,
únicamente comparables
a su inteligencia.
Gracias a las posibilidades que han acompañado
a su familia,
Fernando estudia en el Colegio Alemán de Guatemala,
en 10 años aplicará a una Universidad Técnica
de Berlín
y estudiará Mecánica,
regresará a Guatemala al terminar sus estudios
y una idea suya que siempre se le vino a la mente
al ver las plantaciones de sorgo, materializará,
esta nueva desgranadora desplantará a las ya existentes.
Su futuro será únicamente tan satisfactorio
como el que podrá transmitirle a su país,
gracias a su invento.
La vida onírica sin duda es muy ilusoria,
Fernando en realidad,
es bolero en el centro de Antigua,
estudió un año y no aprendió a leer,
dos quetzales cuesta su sonrisa,
y nos recuerda,
que nuestra sensibilidad,
no llega ni al centavo.
Si hasta Borges escribió sus ritmos rojos,
quién soy yo
para negar a mi alma,
tan siquiera ver por la ventana.

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