Estas paredes grises
parecen no dejar entrar la pulcritud,
y algunas veces,
hasta las nacionalidades
se ven en apuros para cruzarlas.
¿Habrá algo más pintoresco
que un inglés de ridículo sombrero
o un gringo con inquietudes geográficas?
El tiempo sin duda,
es también peculiar aquí dentro,
hasta su existencia
parece peligrar.
¿Cuantos han sido y
cuantos serán?
Los suficientes,
para constatar una
evolución fallida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario